– ¿Por qué es necesaria la Historia Pública y la divulgación social? ¿La propuesta de posgrado de la UNQ abandona, de alguna manera, los sentidos construidos desde la historiografía como la conocemos tradicionalmente y habilita al historiador a dialogar con grandes audiencias?
– Se trata de reflexionar sobre el uso público de la Historia que se da no solo los medios de comunicación -tanto el periodismo, radio, televisión, cine, teatro, fotografía, publicidad, etc.- sino también de las artes, en los lugares como la escuela, museos históricos, y monumentos, y pensar -desde esta propuesta formativa- herramientas para la intervención efectiva en ese debate. En este sentido es que es necesario construir una Historia que recoja las formas en que la sociedad se relaciona con su pasado; la idea es convocar a intervenir creativa y éticamente, para generar la curiosidad y el interés por estos temas.
La característica de todas estas realidades que exploraremos en el posgrado es que se trata de proyectos colectivos, en los que participan diversos profesionales y en los que generalmente el historiador participa, bajo la forma consultor, o diseñador, y se va haciendo en la práctica. Aquí proponemos no solo pensarlo teóricamente, sino analizar muchos ejemplos de las formas y espacios en la cuales la Historia circula América latina. Luego de ese trabajo poner manos a la obra y empezar a generar propuestas propias.
Otra arista refiere a la cercanía entre el uso "público" y el uso "político" de la historia. Gran parte de los debates políticos e intelectuales sobre el presente, se articulan con discursos y debates sobre el pasado. Digo con esto que es central la cultura histórica para la política, y por ello se vio convocada, por las iniciativas desplegadas en países latinoamericanos a propósito de los festejos del bicentenario, que dieron cuenta del lugar de la Historia en el relato político, así como de la naturaleza eminentemente pública del pasado.
– Entonces, ¿el foco estaría puesto en la divulgación social a través de distintos formatos?
– Exacto, la historia divulgada se expresa en la producción y circulación de colecciones editoriales, en la literatura histórica, en el ensayo periodístico de investigación, en las representaciones teatrales y muestras callejeras, en los guiones de los museos, en la organización de instalaciones culturales, en la producción cinematográfica, en la televisión, y también en las nuevas pantallas.
– ¿Es novedoso pensar así el ejercicio de la profesión histórica?
– La idea es trascender los ámbitos clásicos de las escuelas y las universidades, romper fronteras, para definir un campo de acción más amplio. En el Diploma nos proponemos reflexionar sobre la dirección y los objetivos de esas intervenciones en el campo de la cultura. Lo cierto es que la Historia pública no puede ser excluyente, sino incluyente y hacia allá vamos.
– Con este trayecto de formación se abren y se habilitan distintos escenarios profesionales
– El graduado del Diploma adquirirá elementos para responder a demandas relacionadas a distintos soportes, medios y formatos en los que la Historia se hace pública. Logrará hacerse de criterios para analizar, desempeñarse y gestionar proyectos que incluyan la difusión o divulgación de contenidos históricos. Entre ellos: la organización de exhibiciones museísticas-tanto físicas como virtuales-, proyectos editoriales, materiales educativos y recreativos.
Pensamos en profesionales capaces de planificar, gestionar y programar propuestas de divulgación social e Historia pública realizadas en diversos soportes y formatos, tanto en organizaciones públicas como privadas.
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El Diploma de Posgrado en Historia pública y divulgación social de la Historia está dirigido a profesionales de la Historia, de la Cultura y otras Ciencias Sociales. La inscripción estará abierta del 1 de febrero al 22 de marzo y la cursada comienza en junio de 2019.
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