¿Cómo se construye el conocimiento? Más concreto, ¿cómo se generan y de qué manera circulan las ideas? Diego Golombek nos ayudó a pensar qué ocurre por las insondables rutas del cerebro cuando la creatividad se enciende y las ideas se despiertan de la siesta. Y el momento no pudo ser más oportuno: la vuelta a las aulas. La clase magistral "La ciencia de las ideas" tuvo lugar en el Ágora de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), con presencia de estudiantes, becarios, docentes, investigadores y de la comunidad en general. Entre los asistentes se sortearon, además, libros de la colección Ciencia que Ladra, al tiempo que la Editorial UNQ ofreció descuentos en los títulos pertenecientes a la mencionada colección.
El cerebro funciona como una compleja computadora que tiene sus cables, sus vehículos, su hardware y su software. Una máquina que almacena y procesa una innumerable cantidad de datos que viajan por intermedio de un sistema integrado de conexiones que facilitan que la comunicación sea rápida y eficaz. En este sentido, si bien su estructura se repite en todos los seres humanos por igual, las experiencias particulares de cada quien configuran ejemplares con características específicas y únicas. De aquí, la belleza de lo inexplicable. Lo que ocurre, por ejemplo, con los procesos de aprendizaje es ilustrativo al respecto.
La ciencia conoce el sitio en que se alojan los conocimientos, pero es incapaz de describir el proceso mediante el que efectivamente se guardan. La falta de explicaciones respecto al modo en que el cerebro significa y resignifica acciones cotidianas y naturalizadas, como memorizar una calle o encender una hornalla, robustecen la incertidumbre del sentido común. Una curiosidad compartida que sólo puede ser saciada por un campo novedoso y en constante crecimiento como las neurociencias. Sólo se trata de eso: conocer el conocimiento.
Diego Golombek es docente investigador y Director del Laboratorio de Cronobiología de la UNQ. Además de su actividad de investigación, se destaca su labor en divulgación, por la que obtuvo el premio internacional Unesco Kalinga en 2015. Dentro de sus propuestas se encuentran los programas televisivos "Proyecto G" y "El cerebro y yo" y la colección de libros "Ciencia que ladra…". Actualmente, coordina el Programa Nacional de Popularización de la Ciencia y la Innovación y el Centro Cultural de la Ciencia, ambos dependientes del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación.

