Inicio » Noticias » El legado Walsh
Como todos los 7 de junio desde 1938, hoy se conmemora en el país el Día del Periodista. Si bien la fecha corresponde a la fundación de la Gazeta de Buenos Ayres por Mariano Moreno, es una buena excusa para recordar a otro gran periodista argentino, Rodolfo Walsh. 
 
Walsh fue un auténtico todorreno que utilizó al periodismo como un arma de contrainformación, militancia y denuncia. Se desempeñó como traductor, periodista, escritor, activista sindical, militante revolucionario y crítico. A 40 años de su desaparición, los periodistas y docentes de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), Washington Uranga (Taller de periodismo de interpretación y análisis, Comunicación y políticas públicas) y Pablo Morosi (Taller de periodismo de investigación, Seminario y taller sobre fuentes de información), reflexionan sobre la figura, el aporte y la relevancia de un símbolo del periodismo.
 
“Walsh fue un reconocido cultor de la novela negra norteamericana y del formato contrainformativo. Abrevó en el periodismo para dar vida a un género-especialidad desconocida hasta entonces que solo con el tiempo tomó el nombre de periodismo de investigación”, señala Pablo Morosi. Sin embargo, ¿de qué se trata concretamente? Desde la perspectiva de Washington Uranga, “el periodismo de investigación -tal como lo comprendieron grandes periodistas de nuestro tiempo como Tomás Eloy Martínez y Rodolfo Walsh- tiene su pilar fundamental en la exactitud de la información, sin dar lugar a los condicionales, con la intención de ofrecer a la ciudadanía datos significativos para su propio discernimiento y que hasta entonces permanecían velados u ocultos por razones generalmente relacionadas con el poder”. 
 
Desde aquí, los periodistas deben entrenarse en cualidades bien puntuales y desarrollar aptitudes casi detectivescas, dignas de quien investiga un acontecimiento y reconstruye escenarios, con una lupa que debe funcionar siempre a la orden. “Un periodista de investigación no consiente que nada sea considerado como obvio, lee a contramano de los datos, escudriña entre líneas, devela lo secreto, sospecha, arma y desarma, reconstruye los hechos aparentemente cerrados, escribe y reescribe buscando la precisión de sus dichos, en las fuentes y en las formas”, describe Uranga.
 
“Era parte del estilo de Walsh discrepar con las conducciones con las que, en muchas ocasiones, no estaba de acuerdo”, opina Morosi. Y en este sentido, “fue un adelantado, un precursor, un pionero en el que se combinaban inusuales dosis de voluntad, compromiso, rigurosidad y ductilidad narrativa. La lectura y el estudio de su trilogía Operación Masacre, ¿Quién mató a Rosendo? y El caso Satanowsky constituye un verdadero manual formativo en la disciplina del periodismo de investigación”, completa.
 
Sobran motivos para recordar a Rodolfo Walsh en el Día del Periodista. Su prosa, la creación de un género y su compromiso con la realidad -cuyo mayor exponente tal vez sea la Carta Abierta a la Junta Militar (1977)- lo hacen meritorio de todo reconocimiento. En palabras de García Márquez, para Walsh, que se autodefinió como escritor, el periodismo fue "una pasión insaciable que sólo puede digerirse y humanizarse por confrontación descarnada con la realidad".
Rodolfo Walsh