El lunes 17 de noviembre de 1917 apareció en los kioscos de Buenos Aires La Novela Semanal: una revista dirigida a un público masivo que se proponía crear, en palabras de los editores, “un medio para la nacionalización de la literatura”, haciendo conocer a los nuevos escritores argentinos y estableciendo “una tribuna fácil y accesible para aquellos autores capaces de producir y carentes de facilidades para la divulgación de sus novelas”.
Durante diez años, la publicación fue aumentando su número de páginas ─del folleto inicial pasó a ser un cuadernillo de 72 pp. con numerosas fotografías, al estilo de Caras y Caretas─ y ofreció a sus lectores relatos originales de autores argentinos, donde se veía representado el mundo de la ciudad ─con sus barrios de tango y su centro de oficinas y grandes tiendas─, a la vez que se hacía presente la vida rural, las tradiciones y leyendas provincianas. Atenta al contexto de época, la publicación incorpora relatos sobre la historia reciente: la Guerra del 14 ─ “Una madre en Francia”─, la Revolución Rusa ─ “Amor y bolshevikismo”─, la Semana Trágica de 1919 ─ “Una semana de holgorio”. El relato policial, el cuento fantástico, la comedia costumbrista, la historia sentimental, la novela de aventuras, son algunos de los géneros en que se enmarcan las casi 500 novelas breves que LNS publica en sus primeros diez años de existencia (1917-1926) .
A partir de esa fecha, los editores van orientando la publicación hacia un destinatario específicamente femenino, y la anuncian como La Novela Semanal. La revista más completa para la mujer y la casa. Abandonan así sus objetivos iniciales de promoción de una literatura nacional, cuando incluían, junto con autores ya reconocidos ─como Enrique Larreta, Manuel Gálvez, Ricardo Rojas, Hugo Wast, José Ingenieros, Horacio Quiroga o Benito Lynch─ a jóvenes escritores que empezaban a asumir la literatura y el periodismo como una profesión.
La colección de La Novela Semanal (1917-1926), que integraba la biblioteca de Federico Vogelius ─creador de la revista Crisis─ fue adquirida en 1997 por la UNQ. Actualmente forma parte del Fondo Reservado de la Biblioteca de la UNQ, y está abierta a la consulta de los investigadores.
Durante diez años, la publicación fue aumentando su número de páginas ─del folleto inicial pasó a ser un cuadernillo de 72 pp. con numerosas fotografías, al estilo de Caras y Caretas─ y ofreció a sus lectores relatos originales de autores argentinos, donde se veía representado el mundo de la ciudad ─con sus barrios de tango y su centro de oficinas y grandes tiendas─, a la vez que se hacía presente la vida rural, las tradiciones y leyendas provincianas. Atenta al contexto de época, la publicación incorpora relatos sobre la historia reciente: la Guerra del 14 ─ “Una madre en Francia”─, la Revolución Rusa ─ “Amor y bolshevikismo”─, la Semana Trágica de 1919 ─ “Una semana de holgorio”. El relato policial, el cuento fantástico, la comedia costumbrista, la historia sentimental, la novela de aventuras, son algunos de los géneros en que se enmarcan las casi 500 novelas breves que LNS publica en sus primeros diez años de existencia (1917-1926) .
A partir de esa fecha, los editores van orientando la publicación hacia un destinatario específicamente femenino, y la anuncian como La Novela Semanal. La revista más completa para la mujer y la casa. Abandonan así sus objetivos iniciales de promoción de una literatura nacional, cuando incluían, junto con autores ya reconocidos ─como Enrique Larreta, Manuel Gálvez, Ricardo Rojas, Hugo Wast, José Ingenieros, Horacio Quiroga o Benito Lynch─ a jóvenes escritores que empezaban a asumir la literatura y el periodismo como una profesión.
La colección de La Novela Semanal (1917-1926), que integraba la biblioteca de Federico Vogelius ─creador de la revista Crisis─ fue adquirida en 1997 por la UNQ. Actualmente forma parte del Fondo Reservado de la Biblioteca de la UNQ, y está abierta a la consulta de los investigadores.
Por Margarita Pierini.
