Compañero, amigo, hermano…
Recordamos aquél día que te incorporaste (con el diario bajo el brazo) a la Dirección de Alumnos, pareciera que fue ayer…..
Lamentablemente partiste muy pronto, injustamente, dejando un vacío muy grande en nuestros corazones y en el de todos los que te queremos.
Siempre te recordaremos como la gran persona que fuiste, un gran compañero y excelente ser humano, con esa buena predisposición para cuando te necesitábamos, con esa alegría particular que te caracterizaba, tu forma de ser: única, tan especial…
No podemos dejar de contar algunas anécdotas vividas, con la intención de que quienes no tuvieron la suerte de conocerte en profundidad, sepan quien fue la maravillosa persona que hoy recordamos:
Tus frases inteligentes en los momentos menos indicados eran propias de tu personalidad, tus bromas, chistes y gritos eran comunes en el día a día, más aun cuando tocábamos a tu querido Vélez Sarsfield.
Tus “jugadas” en el gimnasio en los torneos de fútbol, sin ser un iluminado, te defendías en el fondo del área con esos hachazos que te caracterizaban, La seriedad con que lo hacías, como si fuera la final del mundo!
En Córdoba, en los juegos de Río Tercero, conocimos no sólo un compañero de trabajo sino a una persona especial, por eso y por otras cosas que hemos vividos junto a vos, siempre estarás en nuestra oficina; la Dirección de Alumnos, y en nuestros corazones.
Sabemos que seguirás observándonos muy atento desde arriba, para corregir nuestras equivocaciones, y nuestras Calveteadas, como vos bautizaste, para poder continuar con tus grandes ocurrencias.
Tincho: sólo te saludamos, no te despedimos, hasta que algún día nos volvamos a encontrar, sabemos que estás preparando el camino para guiarnos cuando nos llegue el momento……………..
Hasta Siempre Martín!!!!!!!!!
Hola Martin!
Todavía nos cuesta creer que haga un año que no estés.
Siempre con el termo en una mano y tu buen humor desparramado. Por tus chistes, tus dibujos, tu Velez querido, tus emociones cambiantes, tus comentarios ácidos, tus miradas cómplices y por muchas cosas más te seguimos escuchando en la oficina… Todavía te escuchamos entrar y saludar a uno por uno en la oficina.
Todavía escuchamos tu voz en los pasillos de esta Universidad que te vio crecer y hacerte amigo de todos…
Siempre con una palabra de aliento o con un consejo de amigo. Siempre cariñoso y espontáneo.
Todavía nos parece mentira que no estés aunque sea para contar algún chiste o alguna anécdota, pero pasaste a ser parte de la historia de cada uno.
Gracias por habernos permitido conocerte, gracias amigo por tu arte, que nos cargaba de alegría y aún hoy sigue intacto en nuestros escritorios, pero especialmente en nuestros corazones. Es cierto, te fuiste en cuerpo y alma, pero nos llenaste de recuerdos, fotos, momentos, ternura, juegos, risas, broncas…
Aunque te hayas ido tan rápido y continuemos con esta angustia que no pasa. Nos alegra pensar que estás feliz dónde estás acompañado por gente muy querida y que sabemos extrañabas mucho.
Esto es un simple recordatorio, y un hasta luego… Te queremos mucho y extrañamos más.
Faltás. Falta el sonido de las ruedas de la silla cuando salías disparado de tu escritorio para hacer un chiste. Falta que nos termines de sacar la ficha para ponernos apodos más graciosos que los primeros que nos habías puesto. Falta que hablemos de la noticia del día y sueltes un análisis. Falta tu risa espontánea y contagiosa. Un año, y seguís faltando, seguimos inconclusos, seguimos sin entender, seguimos hablando de vos y recordándote en cada momento 'tuyo', porque nadie puede ocupar el espacio que te ganaste siendo vos. Tu ausencia te mantiene presente, inevitablemente.
Te aprendí a querer entre notas y expedientes, mudanzas y cambios varios..
Me hizo muy bien conocerte, porque nuestras charlas fueron espectaculares… en ellas hablamos de sueños y proyectos, y me permitieron conocer a un tipo con valores íntegros.
El sonido de tu risa y la imagen de tus ojitos chispeantes son imborrables, y vuelven varias veces, al pensar que diría Martín ante algún acontecimiento…
Es una verdadera pena que no estés, y se siente tu falta.

