Inicio » Noticias » “Pudimos surfear la pandemia sin que nos lleve puesta”
No todo en la pandemia son malas noticias. En la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), la virtualización de las clases hizo que en posgrado se ampliara en un 40% la cantidad de estudiantes inscriptos a las carreras, diplomas y cursos. Al mismo tiempo, además del engorde de la matrícula, también hubo un 15% más de alumnos que consiguieron presentar sus trabajos finales, defender sus tesis y egresarse. En este diálogo, la secretaria de Posgrado, Nancy Díaz Larrañaga, describe de qué manera el contexto de excepción por el coronavirus significó un obstáculo pero también una posibilidad. Lo que se logró y lo que falta, en un 2020 tan singular y de cara a un 2021 que requerirá del mismo esfuerzo y compromiso.

-¿Cómo ha funcionado el área de posgrado de la UNQ en este contexto excepcional?
-En términos generales venimos cumpliendo con los mismos procedimientos que realizábamos antes de la pandemia. La virtualización complejizó algunas tareas, como la inscripción de los estudiantes. Tradicionalmente, por toda la documentación que deben entregar, es una actividad que requiere de una alta carga de presencialidad. Sin embargo, lo pudimos resolver de la mejor manera. El condimento que no podemos dejar de subrayar es que hubo un 40% más de alumnos que el año pasado.

-¡Muchos más! ¿Por qué sucedió?
-Principalmente por dos variables. La gente se anotó más a todo, tanto a carreras como a cursos y materias. Había personas que venían cursando dos asignaturas y decidieron ir por tres o por cuatro por trimestre. Quizás tuvieron más tiempo disponible, es difícil de saberlo en cada caso. El otro aspecto es que realizamos acuerdos con otras instituciones y abrimos carreras nuevas. Hay un diploma que diseñamos luego de un convenio con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación y con la Universidad de Jujuy, que contó con más de 500 inscriptos. Me refiero a “Bases y herramientas para la gestión integral del cambio climático", un área que está muy en agenda y que fue impulsada por la plataforma del Ministerio que le dio un alcance enorme.

-¿Cómo surgen las propuestas de los cursos de posgrado?
-Hay algunas temáticas que se nos imponen tanto que desbordan las necesidades de nuestra propia universidad. Por caso, pienso en la capacitación de docentes en entornos virtuales; ya que correspondía a un problema común a todo el país e, incluso, a muchas naciones de la región. Por ello, nos han solicitado la creación de un espacio de enseñanza, que generamos de inmediato y por el cual ya transitaron más de 650 profesores. Después hay algunas propuestas que brotan de la propia comunidad académica: equipos de investigación que vienen trabajando en un determinado tema y presentan un dictado original y pertinente. Por último, hay otras ofertas que provienen desde afuera y han funcionado muy bien. El caso emblemático es el de la especialización en Criminología. Quiero decir además que, más allá de la inscripción, la otra incógnita enorme que nos presentaba la pandemia se vinculaba, precisamente, con el extremo restante del proceso: los egresos.

-Y en ese sentido, ¿qué tal les fue?
-Implementamos las defensas virtuales de las tesis y realmente salieron muy bien. Tenemos un 15% más de graduados que en 2019. La verdad es que cada instancia demanda un montón de esfuerzo administrativo, porque se trata de un proceso largo que contempla, entre otras cosas, pruebas de conectividad con cada uno de los jurados y con el tesista. El momento de la defensa también es crucial, en la medida en que nada puede fallar. Y la verdad es que no falla. Venimos bien, llevamos adelante más de 70 defensas en esta modalidad y tenemos en agenda unas 30 más. A eso debe sumarse otros egresos que no llevan defensas sino que salen con dictamen.

¿Qué hay de las acreditaciones en la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau)?
-Hemos avanzado en dos sentidos. Por un lado, realizamos acreditaciones en carreras nuevas: la especialización en Comunicación, Gestión y Producción Cultural de la Ciencia y la Tecnología y el doctorado en Estudios Territoriales. Por otro, también hemos hecho las presentaciones correspondientes para la reacreditación de un montón de carreras ya existentes. Lo bueno es que todo se continuó haciendo en la misma sintonía. En abril de 2021 presentaremos ocho más para su evaluación. Es el caso, por ejemplo, de la maestría en Arte Sonoro –que se viene dictando presencial y será virtual– y la de Historia Intelectual –que también será a distancia–.

¿Qué evalúa Coneau?
-Aspectos bien diversos. Se tiene en cuenta la matrícula, las trayectorias del cuerpo docente, los programas, la investigación que se hace en la Universidad relacionada a la temática, la infraestructura, los repositorios existentes. Si son virtuales, analizan el funcionamiento del campus. La combinatoria de algunos de estos elementos es lo que brinda, como resultado, la categoría recibida.

¿En qué los perjudicó la pandemia?
-Los trámites se tornan un poco más largos porque requieren de diferentes niveles de autorización. Lo que antes se resolvía con una firma, ahora requiere de rubricar, por lo menos, tres o cuatro documentos. La Universidad aun no cuenta con la firma digitalizada, ni expedientes o legajos electrónicos de los alumnos (tanto grado como posgrado). En este sentido, pienso que la UNQ tiene un desafío que enfrentar y que resolverá a corto plazo sin lugar a dudas. Creo que hay que aprovechar las virtudes de la digitalización, porque se pueden solucionar muchos trámites de una forma más expeditiva, con mayor eficacia. Sin embargo, hay que sacarse el sombrero, nuestra casa ha respondido de forma muy satisfactoria. La Universidad está a la altura de las circunstancias, es muy flexible y sus recursos humanos siempre están bien predispuestos. Pareciera como si las cosas fluyeran aquí.  

A diferencia de otras universidades más paquidérmicas, estáticas, a las que les cuesta adaptarse a los cambios…
-De hecho, estaba tan preparada en marzo que ello le permitió estar muy bien posicionada en el presente. La trayectoria en la virtualidad fue un punto a favor enorme. Tenemos un campus y docentes bien entrenados que, en conjunto, significaron una gran ventaja, respecto de las experiencias que conozco de otras instituciones. Pudimos surfear la pandemia sin que nos lleve puesta. Ello, bajo cualquier punto de vista, no deja de ser una excelente noticia.

Nancy Diaz Larrañaga.