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“Premio Merck-MINCyT-CONICET de innovación en ciencias de la salud 2023” para la UNQ

    Una investigación fue distinguida por un fármaco experimental que podría cambiar la historia de un tumor cerebral.

    Artículo confeccionado a partir de información publicada por El Editor (LINK).

    Un equipo de investigación de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) ha sido galardonado con el “Premio Merck-MINCyT-CONICET de innovación en ciencias de la salud 2023” por su destacado trabajo en el desarrollo de un fármaco experimental que podría revolucionar el tratamiento de un tumor cerebral maligno.

    El glioblastoma es un tumor agresivo del sistema nervioso central que ha desafiado a la comunidad médica durante más de 150 años, sin ofrecer un tratamiento exitoso hasta el momento. Sin embargo, el equipo de investigación liderado por el director del Centro de Oncología Molecular y Traslacional (COMTra) de la UNQ, Daniel Gómez, ha dado pasos significativos hacia la búsqueda de una solución terapéutica.

    El fármaco experimental, conocido como PI-7, se encuentra en sus etapas iniciales de desarrollo, pero ha demostrado un gran potencial en los estudios preclínicos.

    Daniel Gómez, líder del proyecto, expresó su satisfacción por el logro y destacó la importancia de este reconocimiento. “Para nosotros, es una gran satisfacción ver que nuestros esfuerzos y dedicación se están traduciendo en resultados concretos que podrían beneficiar a los pacientes que han estado esperando una opción de tratamiento efectiva durante tanto tiempo. Este premio nos enorgullece y nos motiva a seguir avanzando en la dirección correcta”, dijo.

    Además, el investigador subrayó la importancia estratégica de la investigación básica y su papel en la creación de soluciones médicas innovadoras. “La distancia entre básica, investigación aplicada y desarrollo tecnológico se ha acortado significativamente en este proyecto. Esto resalta la importancia crítica de la investigación fundamental en la búsqueda de avances médicos que pueden cambiar vidas”, concluyó Gómez.

    La investigación básica es la clave

    El fármaco PI-7 tiene la particularidad de tener años de ciencia básica detrás. Todos invertidos en tratar de conocer a fondo la biología molecular del glioblastoma. “Primero se estudió la estructura de PIN1, para comprender su funcionamiento y definir a que parte íbamos a dirigir el diseño del potencial fármaco”, comenta Diego Mengual Gómez, director de la Unidad de Oncología Molecular del COMTra.

    Según el científico, el funcionamiento de la enzima es central en distintos procesos que facilitan el desarrollo de un glioblastoma. Y su inhibición, por el contrario, se convierte en una estrategia de tratamiento beneficiosa y prometedora.

    “Una vez obtenida esta información, nos abocamos a buscar compuestos que sean capaces de interactuar con la región puntual de la enzima que definimos. Esto fue como buscar una aguja en un pajar, ya que analizamos más de 400.000 compuestos diferentes”, señala Mengual Gómez.

    La puesta en juego de herramientas computacionales y algunos ensayos de laboratorio permitieron depurar esa larga lista, para dar al fin con el fármaco inhibidor PI-7. El investigador comenta que para lograrlo fue muy importante la colaboración con el Laboratorio de Farmacología Molecular de la UNQ.

    COMTra: una referencia en oncología traslacional

    “Esta disciplina representa uno de los campos más revolucionarios y esenciales dentro de la investigación médica actual. Su enfoque principal es el de cerrar la brecha entre los descubrimientos científicos realizados en el laboratorio y su aplicación efectiva en pacientes con cáncer”, comenta Gómez.

    En el centro quilmeño se desempeñan alrededor de 30 investigadores, repartidos en seis unidades que tienen diferentes perspectivas, pero se unen en un objetivo común. Trabajan para intentar trasladar a los hospitales los resultados obtenidos en el laboratorio.

    Es que, para las y los pacientes con distintos tipos de cánceres, los potenciales beneficios de la oncología traslacional son numerosos. Incluyen tratamientos más efectivos, personalizados y con un menor número de efectos secundarios.

    El medicamento PI-7 hasta el momento ha demostrado ser eficaz en ensayos de laboratorio con células tumorales. “Aún resta camino por recorrer, principalmente las pruebas en animales y el inicio de las fases clínicas de investigación en humanos. La finalización exitosa de esta etapa llevaría a la utilización terapéutica del fármaco”, refiere el director de COMTra

    Pero aclara que “para esto se requiere financiamiento adicional. Se necesitan empresas adoptantes, o inversores, que deseen acompañar este proceso. Actualmente nos encontramos en la búsqueda de ellos”.

    Una potencial solución para el glioblastoma

    El glioblastoma compromete en todo el mundo a 3 de cada 100.000 habitantes. Y si bien puede aparecer en cualquier edad, es más común de ver entre los 40 y 70 años. Suele localizarse de manera más frecuente en el cerebro y se caracteriza por ser muy difícil de tratar con las opciones terapéuticas disponibles (cirugía, radioterapia y quimioterapia).

    Para Mengual Gómez, PI-7 brindaría en el futuro una solución de suma importancia, en una indicación oncológica con escasas opciones terapéuticas. Además, con la ventaja que el nuevo fármaco podría ser utilizado también en combinación con quimioterapia.

    Por otro lado, Gomez cree que es factible investigar este tema en el país. Menciona como algo a favor la enorme calidad de los recursos humanos que producen las universidades argentinas. Además, estas se encargan de proveer espacio, equipos y libertad académica para el trabajo científico. Sin embargo, señala como una importante desventaja la falta crónica de recursos económicos destinados a la investigación.

    “Estamos bien. Nuestros métodos, tácticas y estrategias de investigación están a la par de otros centros de países desarrollados. Pero nos diferencia de ellos, el tiempo que nos lleva la obtención de recursos, con el consiguiente retraso experimental. Si eso se lograra solucionar, estaríamos en el mismo nivel”, concluye el científico.